El equinoccio: balance y transición
El equinoccio ocurre dos veces al año, cuando el día y la noche duran lo mismo. Técnicamente, es el momento en que el sol se alinea con el ecuador de la Tierra y la luz se reparte de forma equilibrada entre ambos hemisferios.
Más allá de lo astronómico, el equinoccio es un símbolo de equilibrio y transformación. Así como los árboles dejan caer sus hojas para prepararse para el invierno, también nosotros podemos aprovechar este instante para soltar lo que ya no necesitamos y abrir espacio a lo nuevo.
Un tiempo para el silencio y la mirada interna
La energía del equinoccio invita a pausar. A bajar el ruido externo y mirar hacia dentro. Reducir el tiempo frente a pantallas, crear espacios de calma y escuchar lo que nuestra propia voz interna tiene para decirnos.
En este silencio, aparecen las respuestas que no encontramos en el movimiento constante del día a día.
Nutrirnos de forma consciente
No solo nos alimentamos de comida: también de información, de imágenes, de sonidos y de las personas que nos rodean. Este es un buen momento para preguntarnos cómo estamos nutriendo nuestros sentidos y nuestra mente.
Elegir con atención lo que consumimos —desde lo que comemos hasta lo que vemos o escuchamos— es una forma de cultivar nuestro equilibrio interno.
Conexión con la naturaleza
La naturaleza es la mejor maestra en tiempos de transición. Nos recuerda que todo tiene un ciclo y que el cambio es inevitable. El otoño nos invita a acompasar nuestro ritmo interno al de la tierra, abrazando la transformación en lugar de resistirla.
Observar la caída de las hojas, los días que se acortan y el aire que se enfría nos ayuda a reconectar con ese orden natural del que somos parte.
El eclipse en Virgo: una puerta extra de transformación
Este año, el equinoccio coincide con un eclipse en Virgo (21 de septiembre). Los eclipses son momentos intensos que marcan cierres y comienzos, potenciando la energía de transformación.
Virgo, signo asociado al cuidado, la salud y la organización, nos invita a reordenar nuestra vida, soltar hábitos que ya no nos sirven y sembrar prácticas más alineadas con lo que somos ahora.
La unión del equinoccio y el eclipse es una oportunidad única para resetear: dejar caer las hojas, revisar qué queremos cultivar y caminar hacia un nuevo ciclo con más claridad y propósito.
Mini ritual para el equinoccio
Puedes acompañar este momento con un ritual sencillo:
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Enciende una vela y dedica unos minutos al silencio y encontrar un espacio dentro de ti.
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Escribe en un papel aquello que deseas soltar con esta estación.
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En otro papel, anota las intenciones o hábitos que quieres cultivar.
Un gesto pequeño puede ser el inicio de una gran transformación.